Del impacto del cambio en el valor de la unidad tributaria (UT) del pasado 24 de febrero de 2017.
El cambio en el valor de la unidad tributaria que recientemente se
dictó por el Ejecutivo Nacional representa un incremento porcentual equivalente
al 69,45% respecto a la base utilizada durante el 2016. Este cambio, entró en
vigencia a partir de la fecha de publicación del Decreto (Gaceta Oficial extraordinaria N° 6.287 del 24 de febrero de 2017)
Una aproximación crítica a la forma en que se realiza el cambio.
Un Estado que se comporta como un súper individuo.
Una de las características típicas del Estado es que a diferencia
de los particulares, solo puede hacer aquello que expresamente le está
autorizado a realizar según una ley previa y válidamente promulgada. De hecho,
al menos en la teoría (artículo 137 de la Constitución) todo acto dictado en
contra de lo establecido en este principio, es nulo y no tiene efectos
jurídicos alguno.
Mención aparte que el actual Código Orgánico Tributario, es
producto de una Ley Habilitante de 2013 y que dicho Código Orgánico Tributario
en sí mismo es criticado tanto en su forma como contenido, es el principal
cuerpo normativo que regula la tributación en el País, y como tal dicta las
pautas que la Administración Tributaria debe seguir con la finalidad que sus
actos sean válidos tanto en su forma como en su contenido.
En contraste de lo anterior, los particulares en un Estado de
Derecho, tenemos la libertad de realizar cualquier acto que deseemos, salvo que
esté expresamente prohibido por la Ley, claro está, que en caso de transgresión,
y luego de un procedimiento debido, aquel individuo que violente aquella norma
que prohíba alguna conducta, sería sancionado.
Dicho lo anterior, esta publicación del nuevo valor de la Unidad
Tributaria, no solo se caracterizó por haber sido “acordada” sin seguir el
procedimiento que el propio Código Orgánico Tributario establece, en el sentido
que la Administración Tributaria debió y no lo hizo, consultar con la Comisión
Permanente de Finanzas de la Asamblea Nacional sobre la modificación que pretendía
hacer; más aún, la Administración Tributaria tampoco estimó para esta variación
del valor de la Unidad Tributaria el índice nacional de precios al consumidor, pues durante todo el 2016 y en lo que va de
2017 no han sido publicado los referidos índices inflacionarios por parte del
Banco Central de Venezuela.
Esta conducta de la Administración Tributaria aun cuando
evidentemente contraria a Derecho, pretende fundamentarse para obviar su
obligación de consulta, en decisiones del Tribunal Supremo de Justicia que poco
menos de 1 mes antes, procuró justificar esta decisión que debería tomar la
Administración Tributaria, así como será segura e igualmente ratificada con
posterioridad por otra decisión de la propia Sala Constitucional, aun cuando no
exista procedimiento judicial que intente atacar este equivoco proceder de la
Administración Tributaria, ni ningún otro acto del Poder Ejecutivo dictado en
el marco de los también acostumbrados, pero por naturaleza excepcionales
decretos de emergencia. Por otro lado, respecto a la obligación de considerar
la variación del índice nacional de precios al consumidor, pues quedará ver si
guarda alguna relación con la publicación que debió haber hecho mensualmente el
Banco Central de Venezuela, cuando decida hacerla.
Toda esta actuación evidencia un Estado que no se sujeta al
imperio de la ley, sino por el contrario define y moldea las normas conforme se
requieran para justificar su actuación. Está actuando como un particular que
hace lo que quiera –permitido expresamente en la ley o no- pero apoyado con los
súper privilegios que significa ser el Estado, convirtiéndose en un súper
individuo a cuya conducta se le debe sumar cubierta de legalidad que los Tribunales
le agregan a su actuaciones.
Por último, este cambio del valor de la UT debió haberse realizado
dentro de los primeros 15 días del mes de febrero, y la providencia que lo
establece no solo es del 20 de febrero de 2017 sino que se publicó en Gaceta
Oficial el 24 de febrero de 2017.
Esto en
nuestra opinión es ilegal e inconstitucional, pues la Administración –en este caso
Tributaria- debió haber seguido lo que expresamente establece la Ley con
relación a sus competencias y facultades y no obviarlas al amparo de decretos
de emergencia y sentencias que anulan las facultades legislativas.
Improvisada capaz no, pero sin lugar a dudas “des organizativas”.
Por otro lado, el momento en que se publica el cambio no sólo evidencia
que fue publicada fuera del lapso legalmente establecido por la Ley, sino que
se realiza así como la fecha en entrada
en vigencia de dicho cambio, es un capítulo más de la ya larga serie de
decisiones que, aun cuando son acostumbradas, no por ello dejan de ser
aparentemente improvisadas.
Toda organización, privada o pública, grupal o personal, presupone
para su existencia la preparación, evaluación y ejecución de una planificación.
A su vez, esta planificación supone la existencia de parámetros claros sobre
los cuales podamos tomar decisiones que a nuestro criterio, creemos nos llevará
de un punto A al punto B.
El decreto que incrementa el valor de la UT se dictó no solo fuera
del tiempo en que legalmente era esperada, sino que también se dictó y dio a
conocer justamente el día hábil previo al inicio del período de carnavales.
Esta decisión afecta tanto la planificación fiscal, así como los
costos laborales de las Empresas de manera inmediata, a la par que genera una
serie de expectativas que por la falta de acceso a la información oficial, así
como a la Gaceta Oficial, no se pueden despejar sino pasado ya días luego que
la discusión se inició.
Esta prolongada discusión
infértil y sin sustento en que poder llegar a conclusiones tangibles, genera
matrices de opinión contradictorias entre los empleados de la Empresa y dentro
de la propia Gerencia, por ello, resulta importante tener en consideración los
siguientes puntos, con la finalidad de poder atender oportunamente estas
matrices que se generan y cuya incertidumbre puede causar daños dentro de las organizaciones tanto a nivel
tributario como con sus empleados:
- ¿Cuándo aplica el nuevo valor de la UT?: el Decreto en su artículo tercero indica que su vigencia iniciará en la fecha en que sea publicada en Gaceta Oficial, y esto ocurrió el 24 de febrero de 2017.
- ¿Cómo afecta la UT en la Empresa?: todo cálculo de tributo, sanción o contribución que tiene como base el valor de la UT puede potencialmente verse afectado, por ello deberá la Gerencia analizar cada caso con la finalidad de ajustar el valor que corresponda a la UT en cada supuesto. Por ejemplo, aun cuando el ticket alimentación se calculará a partir del 24 de febrero de 2017 con base al nuevo valor, los impuestos a calcularse y pagarse en ese mes de febrero se realizarán con base al valor anterior de la UT.
- ¿Cómo afecta el nuevo valor de la UT al Cestaticket Socialista? El beneficio de alimentación se encuentra calculado con base al valor de la UT, en consecuencia a partir del 24 de febrero de 2017, un trabajador que preste servicios tiempo completo para su patrono, tendrá derecho a recibir por este concepto la cantidad diaria de Bs. 3.600,00.
- ¿Desde cuándo se debe pagar el beneficio de alimentación con la nueva UT? Desde el 24 de febrero de 2017.
- ¿Cuántos días en febrero debe la Empresa calcular con el nuevo valor de la UT? A pesar que el mes de febrero de 2017 solo tiene 28 días calendario, la LOTTT establece que el mes calendario tiene “legalmente” 30 días. En consecuencia, siendo que la Empresa ya calculó los tickets del equivalente a 23 días a razón de Bs. 2.124,00, deberá calcular a razón de Bs. 3.600,00 los restante 7 días para completar los 30 días que legalmente tiene a los efectos del cumplimiento de la Ley, el mes de febrero.
- Si no pagué el nuevo valor del beneficio de alimentación en los últimos días de febrero, ¿Qué debo hacer?: recomendamos realizar la correspondiente documentación que explique las razones por las cuales no se generó el oportuno pago, y donde se realice la recarga inmediata de la diferencia.
Otros puntos. La desalarización anunciada, el efecto en el próximo incremento de salario mínimo de Mayo de 2017.
Hace casi un año, en nuestro post intitulado “Del Beneficio de alimentación al Cestaticket Socialista… A pasos agigantados hacia la dessalarización”,
discutíamos sobre el proceso de pérdida de valor real del salario como factor
de cálculo de los beneficios laborales. Para aquel entonces el salario mínimo
urbano era de Bs. 11.577,81 y las reformas legales del momento llevaron al beneficio de
alimentación a un monto total de Bs. 13.275,00 mensuales, todo lo cual sumaba
Bs. 24.852,81, total de los cuales 47% era parte del
salario y el beneficio alimentación representaba el ya entonces alarmante 53%
del total de los ingresos mensuales del trabajador.
La preocupante realidad de hoy es que
porcentualmente hablando, del total de los Bs. 148.638,15 mensuales recibidos por el trabajador
que devengue lo mínimo legal, solo el 27% corresponde al salario y el beneficio de alimentación representa la cantidad porcentual
de 73%. Esto quiere decir que la
totalidad de los beneficios legales que a lo largo de este 2017 recibirá, se
calculará exclusivamente con base a un máximo del 27% del monto total mensual
recibido.
Las proyecciones para este 2017 no son más
alentadoras para la consolidación del salario como base de cálculo de sus demás derechos
laborales, una lucha que se pensó había sido transada a finales de los año
1990’s. y que hoy tiene incluso aun mayor vigencia, pues estamos frente un proceso de total desalarización de la
remuneración percibida por el trabajador, así como disminución del costo
asociado al salario, escenario que aun cuando es necesario para un proceso de estímulo y
recuperación económica del aparato productivo, no está siendo percibido con la confianza que necesita para que esta medida pueda repercutir positivamente en el mediano y largo plazo.
Regresamos
así al punto de partida: La interrelación abusiva de quien por un lado se constituye en súper individuo-Estado y quien ha manejado un constante cambio de las reglas de juego en su propio beneficio y por el otro lado los restantes miembros de la sociedad (trabajadores y sector privado) deriva al día de hoy en una total desconfianza; Luego, no existirá política pública efectiva si entre los factores tripartitos no existe un concierto de voluntades, sino una imposición unilateral, menos aun con la continua presión que se ha generalizado para con ambos sectores no gubernamentales; Sin dialogo tripartito que establezca reglas y proyectos claros, así como el nivel de desconfianza que existe entre los tres grupos y su desigual interrelación, no se vislumbra
un camino claro que le permita a la sociedad en general y en particular a los
jugadores tripartitos del aparato productivo, alcanzar el tan anhelado punto de
equilibrio.
Por ello, podemos esperar los siguientes escenarios para los próximos 4 trimestres:
Sin embargo, consecuencia que estas medidas han sido adoptadas de manera aisladas e incluso veladas, no permitirán por si mismo alcanzar un proceso de recuperación como el que esperamos. Por ello las Empresas debemos estar preparadas para tomar medidas previendo estos escenarios, lo que nos permitirá sortear las dificultades que a nivel de estructuración de Recursos Humanos nos generará.
Por ello, podemos esperar los siguientes escenarios para los próximos 4 trimestres:
- Continuación del proceso de desalarización representado principalmente en la actual relación entre salario/beneficio alimentación que está en 27%/76% continuará a lo largo del año 2017 -quizás hasta alcanzar un nivel de 20% (salario) 80% (bonificaciones no salariales)- que permitiría manejar más eficientemente los costos laborales.
- Luego de cualquier proceso electoral que se de en Venezuela, el Estado tendrá dos decisiones que tomar: Primero: decidir si es el momento en el cual el costo para la reducción de costos de personal que significan las abultadas nóminas del sector público sea oportuno para reducirlas; Segundo: y esta dependerá del nuevo balance de poder que exista y de los réditos políticos que podría significar, antes de la materialización del cambio, decida ordenar la salarización de la porción que actualmente no lo es.
- Lo más seguro es que esta desalarización se ha sentido y en consecuencia se pretenda un incremento numéricamente significativo (entre el 60 al 75%) que les permita al menos temporalmente a partir de mayo de 2017 bajar la proporción salario/beneficio alimentación.
- Modificar nuevamente para junio de 2017 el número de unidades tributarias que corresponda diariamente por beneficio de alimentación o incluso crear una nueva base de medición y cálculo para el beneficio de alimentación u otro mecanismo de bonificación.
Sin embargo, consecuencia que estas medidas han sido adoptadas de manera aisladas e incluso veladas, no permitirán por si mismo alcanzar un proceso de recuperación como el que esperamos. Por ello las Empresas debemos estar preparadas para tomar medidas previendo estos escenarios, lo que nos permitirá sortear las dificultades que a nivel de estructuración de Recursos Humanos nos generará.